El aparato reproductor de la mujer es tan diferente al del hombre que hay muchas veces que la pareja no tiene la suficiente paciencia como para excitar adecuadamente las partes más placenteras de la mujer. Los orgasmos femeninos suelen llevar más tiempo y sólo se consiguen de dos formas, con el clítoris o ya en la penetración, con la vagina.
Orgasmo vaginal
El orgasmo vaginal se origina con la penetración del pene en la vagina, aunque esto no signifique que la mujer vaya a tener un orgasmo. De hecho, es un problema muy común, que la mujer no consiga tener orgasmos mediante la penetración.
Durante el orgasmo, las paredes del útero y la vagina se contraen haciendo que la mujer experimente el comienzo de un cosquilleo que termina con el clímax, la mayor expresión de placer. En esto tiene mucho que ver la habilidad del hombre para conseguirlo. A diferencia de lo que muchos piensan, el tamaño no importa, lo que importa es saber utilizar de forma adecuada lo que se tiene, debiendo saber que el primer tercio de la vagina es la parte más sensible de la mujer.
La intensidad del orgasmo puede verse incrementada con la estimulación del clítoris o los pechos en el momento de la penetración, aunque sobre todo, la mente de la mujer tiene que estar totalmente concentrada en experimentar sensaciones, de lo contrario existe una gran posibilidad de que no se llegue al momento más esperado.
El famoso punto G se encuentra entre 3 y 5 centímetros de la parte anterior de la vagina. Hay que intentar buscarlo cuando ya se está excitada ya que es un punto eréctil. Una de las mejores formas de alcanzarlo es con el clásico misionero poniéndose la mujer un cojín en la parte baja de la espalda.
Orgasmo clitoriano
Como su nombre bien indica, es el orgasmo que se consigue mediante la estimulación del clítoris. Su acceso es mucho menos dificultoso que el vaginal y no tiene ninguna otra función en el cuerpo de la mujer más que el de proporcionarle placer, al ser el que más terminaciones nerviosas tiene.
Estos son, a grandes rasgos, las diferencias entre los dos tipos de orgasmos que puede experimentar una mujer. Hay que tener presente que para que una mujer tenga una relación sexual completa, debe estar centrada y ser también conscientes de que a todas no les gusta lo mismo, ni se sienten satisfechas de la misma forma, cada mujer es diferente y por este motivo, la comunicación con la pareja es un punto clave para saber qué es lo que la hará más feliz.
Desirée R.A.