Con todo el amor del mundo
Después de mamármela a conciencia y ponerme la polla tiesa, se levantó la falda y se bajó las bragas. Se arrodilló en el sofá, colocando su culo en pompa, al aire, abriéndose las nalgas de par en par, con ambas manos, y apoyando su cara en los cojines, de lado, para poder mirarme a los ojos y mantener, a su vez, aquél equilibrio lascivo. Su coño y su ano...