Explicale como acariciar tu clitoris

Emplea toda una sesión en enseñarle a acariciar ese punto tan sensible que se halla en la parte superior de tus labios vaginales. Pregúntale a él cómo le gusta que manipules su sexo, qué le gusta que una mujer realice sobre su pene… Pero habrás de aprender a hacerlo logrando detenerte antes de que él eyacule.

Poco a poco irás aprendiendo como dar placer sin hacer que eyacule
rapidamente.
Así su sexo permanecerá erecto durante más tiempo, con lo que esto
supone para que se mantenga su excitación sexual -después expondremos
soluciones prácticas para el caso de que él sea un eyaculador precoz-.
Dile que te pida que te detengas cuando su semen esté a punto de surgir
de su sexo, con el consiguiente orgasmo para él.

En los juegos sexuales, esta práctica de masturbar al hombre hasta que su placer esté cercano,
para entonces detenerte poco a poco y, por ejemplo, besarle o
acariciarle en otras zonas, hará que él vaya acumulando un gran
potencial de placer, el cual estallará en cuanto tú desees
produciéndole un muy reconfortante y poderoso orgasmo. Los placeres
mutuos que pueden proporcionarse con la lengua -con la tuya y/o con la
suya- son los mejores con tal de acoplar la lentitud que el amor
sensual solicita para ser integrado en el seno de una pareja, también puedes ayudarte de juguetes sexuales o juguetes eróticos para parejas. Su glande
es particularmente sensible a las caricias dadas con tu lengua, incluso
cuando él está en estado de no-erección. Si aplicas tu lengua a su
glande con tiernos movimientos de la misma después de hacer el amor y
una vez su sexo está fláccido, hasta conseguirás una segunda y hasta
después una tercera erección en él.

Lo mismo has de pedirle a él, por supuesto. Su lengua sobre tu zona
sexual es siempre una poderosa arma para tu excitación. Estas prácticas
pertenecen a los cruciales preámbulos de los que toda excelente
relación sexual ha de disfrutar de antemano. A más sobreexcitación
mutua antes de que llegue la penetración, más fuerte placer cuando
lleguen los orgasmos de ambos. Y has de enseñarle, diciéndoselo si él
no tiene idea sobre el tema, que toda mujer es potencial y naturalmente
multiorgásmica. ¿Qué significa esto? Sencillamente, que mientras él se
sentirá bastante desganado sexualmente después de eyacular, tú no. Por
el contrario, después de orgasmar en una primera vez durante el acto
sexual, tú sentirás pronto, probablemente, que deseas sentir otra vez
un nuevo orgasmo. Tu cuerpo se enciende más sexualmente cuando sientes
tu placer sexual, mientras que el suyo se apaga. Por eso es vital saber
que, actuando lentamente y con sensibilidad, él puede hacerte sentir
varios orgasmos antes de llegar al suyo, esto es, antes de llegar él a
su eyaculación.

Cuando el hombre se esfuerza sin sufrir en retener su placer o sabe
esperar antes de que éste se produzca, será capaz de ir obteniendo una
y otra vez sucesivos y muy reconfortantes orgasmos tuyos, como mujer,
ante todo a partir de acariciar tu clítoris con su lengua o con sus
dedos (aunque esto siempre con mucha dulzura, porque, si no, podría
llegarse a producir dolor en la zona sexual femenina, que es muy
delicada).

Cuando tu clítoris está excitado o receptivo a las mejores caricias por
parte de tu pareja, que es cuando está suficientemente lubricado, éste
se convierte en toda una fuente de orgasmos para ti. Recibir la
penetración, una penetración lenta que vaya a más, mientras unos dedos
-los tuyos mismos o los suyos- acarician suavemente tu clítoris al
mismo tiempo, es sentir fluir por ti una verdadera fuente de placer, en
la que una fuerte energía se desprenderá de ti a través de tu orgasmo.
En el amor sensual, en lo que es la sensualidad del todo aplicada, tu
capacidad multiorgásmica, tu capacidad de sentir variados orgasmos de
diversas intensidades a partir de una misma sesión íntima, es vital,
crucial, con tal de vivir plenamente aquello que viene a ser una buena
y profunda relación sexual.

Probablemente hayas comprobado durante tus masturbaciones que, sin que
apenas te esfuerces, puedes orgasmar una, dos, tres y hasta en más
ocasiones, a partir de tus caricias y tus fantasías sexuales. La mujer
que explota su ser multiorgásmica embellece ante sí y ante los demás,
ya que su placer le hará brillar sus pupilas y su piel.

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