JUGUETES SEXUALES EN LA MASTURBACIÓN FEMENINA

La masturbación femenina ha sido un tabú desde hace mucho tiempo, ya que en una sociedad tradicionalmente machista como la occidental está bien aceptado que un hombre se masturbe, pero que lo haga una mujer denota que está demasiado alterada sexualmente, o que es una viciosa.

Pero afortunadamente, la revolución sexual y la apertura mental que se ha venido dando en los últimos años ha dado lugar a una nueva concepción de la sexualidad femenina, donde el placer es primordial, y no importa la forma que se utilice para llegar a él. Es más, la masturbación se tiene como un acto natural, necesario, sano y seguro, ya que no se transmiten enfermedades sexuales y no hay riesgo alguno de embarazo.

Es por ello que muchas mujeres no sólo han optado por esta forma de autoplacer, sino que además son ellas las que se acercan a centros especializados (tiendas de artículos eróticos y sexshops) para poder encontrar aquel producto que más se adapte a sus apetencias sexuales. Sin duda, los más solicitados son los vibradores y consoladores, entre los cuales hay un gran abanico de posibilidades, ya que los hay de muchas formas, tamaños y colores (incluso sabores).

La última novedad son los llamado Jelly (gelatina), que tienen un tacto muy agradable, gelatinoso (como su propio nombre indica) y transparente, que por su maleabilidad pueden dar mucho juego y adaptarse a cualquier vagina. También podemos encontrar los consoladores dobles, que pueden ser utilizados en tríos o para mujeres cuya orientación sexual sea el lesbianismo, para que puedan penetrarse mutuamente al mismo tiempo. Dependiendo de nuestro propio interés y comodidad podemos encontrar vibradores más grandes o pequeños (los hay de tamaños descomunales), así como aquellos con formas curiosas (por ejemplo, los de perlas). Son destacables también los arneses, que contienen diferentes tamaños de dildos para ser cambiados según la exigencia de la usuaria. En cuanto a los citados vibradores de perlas, los hay que las tienen giratorias, más un segundo brazo para estimular el clítoris a la misma vez. Ambos elementos vibran, así que el placer es aún mayor.

Aparte de los artículos fálicos, hay otros muchos juguetes que dan placer y conducen al orgasmo; entre ellos, encontramos las bolas chinas, que la mujer introduce dentro de la vagina y producen estímulos mientras se camina o se realiza cualquier otra tarea. Una variante son las bolas vibradoras, que tienen forma de huevo y son inalámbricas.

Asimismo, las llamadas bolas tailandesas son un producto oriental muy solicitado, y sirven tanto para la estimulación vaginal como para la anal; suelen presentarse en cadenas de hasta diez bolas que van aumentando su tamaño de un extremo a otro, injertadas en una barra de jelly (gelatina) que hace que el artículo sea totalmente flexible y pueda ser insertado tan profundamente como se quiera.

Por otro lado existen las lenguas, que están hechas de material gelatinoso y tienen filamentos para estimular el clítoris (simulando el cunilingus), y también existen las mariposas vibratorias para activar este órgano sexual. Lo más avanzado son los succionadores, que pueden servir tanto para los pezones como para el clítoris; la mayoría de ellos consisten en una bomba similar a la que se puede utilizar para inflar cualquier tipo de artilugio, pero en este caso gracias a la succión provoca el aumento de tamaño del clítoris, haciendo más sensible y receptiva a las caricias esta zona erógena de la mujer.

En cuanto a los precios no hay por qué preocuparse, ya que el amplio mercado de los juguetes sexuales abarca todo tipo de condición económica, encontrándose los artículos más básicos desde unos pocos euros hasta los más elaborados y de mayor calidad, que pueden llegar a los cientos de euros. Todo depende de nuestro bolsillo y de cuánto queramos invertir en nuestro “amor propio”.

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