No hay nada que me resulte más excitante que ver como una mujer, de espaldas, se baja poco a poco las bragas y las deja caer hasta sus rodillas. Tanga, culotte o unas braguitas de encaje, todo tipo de lencería erótica ha caído a mi vista: ver como el culo aparece despacio y se muestra libremente al vaivén del movimiento de sus caderas es maravilloso. Y como he dicho en la entrada, tremendamente excitante.
Cada culo es incomparable y único, la viva pasión de toda mujer con una buena raja. Las bragas, ensalzan su forma y belleza, ocultando al mismo tiempo su intimidad más deseada, protegiéndola y dándole calor hasta que la mujer se desnuda, ya sea para disfrutar de una buena ducha, masturbarse a solas, o como en el caso en el que estamos, aceptar una buena follada.
Cuando una mujer se baja ella misma lentamente las bragas, te está diciendo que sí, que quiere hacer el amor y disfrutar de su cuerpo. Pero lo mejor de todo es que al mismo tiempo, te dice que le gusta su físico, que le gusta mostrarlo y que quiere que tú también lo disfrutes en toda su gloriosa naturaleza.
Al caer de esta forma las bragas, el templo del amor se va descubriendo y aparece poco a poco el ano, escondido, pequeñito, lugar prohibido y al mismo tiempo objeto de deseo para todo buen sibarita del sexo. Ella no está diciendo rómpeme el culo pero tampoco dice lo contrario, por lo que hay esperanza y todo es posible. Tras él y reclamando el protagonismo que se merece aparece su coño. Labios de carne abrazando la raja. Como una hamburguesa caliente y jugosa. Algunos más peludos, otros afeitados pero en esto no hay ninguna duda, llegados a este momento, todos hambrientos.
Cuando una mujer se baja ella misma lentamente las bragas y nos muestra su culo y su chocho, pero además las deja a la altura de las rodillas, entonces mi sueño se hace realidad.. Ella te dice haz conmigo lo que quieras, lo que desees, lo que debas Yo he llegado hasta aquí, ahora te toca a ti, todo lo que ves es tuyo y te lo ofrezco para ahogar entre gemidos el fuego de nuestra pasión.
En esta situación, realidad o fantasía, se cumplen todas las expectativas. La decisión de cómo continuar depende de cada uno, de cada ocasión, pero tener la posibilidad de decidir que hacer con ella, contemplando en su máxima expresión toda su carne desnuda, es para mi algo tan sublime que merece todo mi agradecimiento.